Desliza para actualizar

Elegí el fútbol, incluso cuando dolía dejarlo - Karen Rodríguez Tolaba

Futbol Por Enzo 16 Dec 2025 4 min de lectura
Elegí el fútbol, incluso cuando dolía dejarlo - Karen Rodríguez Tolaba

El fútbol no es una etapa: es un camino de vida.

Empecé a jugar fútbol cuando tenía unos diez años, en el equipo de mi escuela. En ese momento no sabía que la pelota se iba a convertir en una parte tan importante de mi vida. Yo soy de Atocha, un pueblo de Potosí, y como muchas niñas, jugaba porque me gustaba… sin imaginar hasta dónde podía llegar.

Todo cambió cuando salí del colegio. Me vine a La Paz para estudiar y, por motivos académicos, estuve casi dos años sin jugar fútbol. Pensé que podía seguir sin él. Me equivoqué. Empecé a sentirme mal, desmotivada, entrando en una especie de depresión. Ahí entendí que el fútbol no era solo un pasatiempo: era lo mío.

Desde el inicio, mis papás fueron mi mayor apoyo. Nunca dudaron de mí. Y fuera de mi familia, hubo una persona clave: el profesor Omar Carlos Copa Vega, de mi pueblo. Él creyó en mí cuando todavía muchos no lo hacían.

Hoy, vestir la camiseta de Always Ready es un orgullo enorme. Es un club que apuesta por el fútbol femenino y el equipo que tenemos es unido, trabajador y enfocado en crecer, no solo como futbolistas, sino como personas.

El momento más especial con esta camiseta fue el campeonato de este año. El título de la Liga Femenina se ganó con sacrificio. No teníamos refuerzos, fue uno de los años con menos inversión en el femenino, pero mis compañeras trabajaron como nunca. Ese campeonato fue nuestro, solo nuestro.

Los entrenamientos fueron durísimos: dobles turnos, gimnasio, cancha, llegar antes, quedarse después. Nadie nos obligaba, lo hacíamos porque queríamos mejorar.

Y si hay algo que supera todo eso, es vestir la camiseta de la selección. Defender a Bolivia es un sueño, una felicidad, un orgullo que no se compara con nada.

Elegí el fútbol, incluso cuando dolía dejarlo - Karen Rodríguez Tolaba

Uno de los partidos más difíciles fue contra Colombia, por la Liga de Naciones. Veníamos de resultados muy negativos y de muchas críticas. Pero ese partido demostramos que con orden, comunicación y trabajo se pueden lograr cosas buenas. Fue una motivación enorme para seguir creyendo en nosotras.

Este año también fue duro: retrasos en los pagos, frustraciones a nivel club y selección. El fútbol femenino en Bolivia no es valorado como debería, y las críticas muchas veces vienen de personas que no conocen nuestras carencias. Aun así, seguimos. Aprendí a desechar lo malo y quedarme con lo que me hace crecer.

Cuando necesito escapar, agarro mi ukulele. Toco baladas, escucho música según mi ánimo. Antes de los partidos, la música clásica me ayuda a calmar los nervios.

A las niñas que aman el fútbol pero les dicen que “es de varones”, les digo que sigan. Que entrenen, que trabajen su mente y su físico, que no se desenfoquen. Esto es un proceso y el fútbol femenino va a seguir creciendo.

Si tengo que elegir entre fútbol o música, elijo fútbol.

Y si algún día formara una banda con futbolistas, tocaría el ukulele.

Porque al final, yo elegí el fútbol… incluso cuando dolía dejarlo.

Más que un entrenamiento, es un viaje ¿Nos lo cuentas?

Inspira a la próxima generación. Tu camino en el deporte puede ser la chispa que miles de niñas necesitan. Sé parte de nuestra red de mujeres que dejan huella.